martes, 16 de junio de 2009

Y LOS SUEÑOS CINE SON


Yo pagaba el ticket de la entrada con parte de mi asignación semanal, el resto se iba en tebeos y regaliz de palo para la semana.

Ahorraba más bien poco, hecho que me provocaba más de una discusión familiar.
La sesión dominical de cine empezaba alrededor de las cinco de la tarde del domingo y constaba de tres pases . Es decir de tres películas , primero"la mala ", después "la de en medio" y en sesión de noche "la buena".
Empecé a ir al cine cuando todavía conservaba toda mi primera dentición. Era lo normal en mi pueblo, porque era la única distracción aparte del Casal Parroquial, al que afortunadamente no teníamos mucho apego familiar. Y también algo de manía al cura pues me echó del coro al segundo día.
Y era eso de meternos a pasar la tarde frente a una pantalla, o la alternativa poco segura de ir revoloteando hasta el atardecer con la bicicleta recorriendo las acequias, el río o peor aún, las desprotegidas orillas del Canal d´Urgell.
Ante este panorama los padres preferían sin lugar a dudas tenernos seguros y encerrados, sentaditos, bocadillo en mano, en las butacas del cine.

En mi pueblo hubo durante un tiempo dos salas. "La Humanitaria" , con una tradición heredada del viejo asociacionismo cultural republicano, y en la que mi familia disfrutaba de un palco, y el "Cine Casablanca" que acabó absorbiendo a la clientela fiel del primero cuando se decidió a clausurar sus puertas, ante la presión de la modernidad y la oferta de compra del local por parte de una gran empresa dedicada a la confección textil.
Soy incapaz de hacer recuento de todo el cine que vi allí.
Pero recuerdo nitidamente que me prohibieron ir en dos ocasiones , porque la película era "verde" .
Era una película italiana donde salia una actriz cuyo nombre no recuerdo , con un vestido veraniego con tirantes, pues fue lo único que retuve del cartel anunciador que por supuesto repasé minuciosamente cada tarde de la semana anterior merodeando por la plaza con la bici a la salida del colegio .
Tenia que descifrar qué cosa era eso de ser "v-e-r-d-e".

No lo conseguí.
Pero debo confesar que desde entonces siempre me han gustado esos vestidos floreados y con tirantes para las tardes de verano.

Y en la otra , que era francesa , creo que salía Simone Signoret, lo sé porque en esa me colé .
No entendí muy bien que llegaba a pasar en el argumento, pero recuerdo una escena en la que intuí que debía de residir todo el meollo por la intensidad de la mirada de la Signoret.
En ella acababa confesándole a alguien que en un pasado turbulento era una " Madame".
Cacé la palabra al vuelo y la retuve. Aún faltaban muchos años para mis clases de francés de bachillerato .
Por supuesto que eso de ser "U-n-a M-a-d-a-m-e" me intrigó durante un montón de tiempo , y no he podido nunca evitar que siempre me haya producido muchísimo morbo cuando en algún viaje al vecino país recibo tal trato.
Lo prefiero y con mucho al de Mademoiselle .

Y también recuerdo que en "Cleopatra " ante el insistente rumor , probablemente propagado por el empresario del cine , de que iba a proyectarse un rollo no censurado , que por no se sabe que extrañas influencias, le habían mandado a él . Y ante la afirmación popular de que había una escena en la que la Taylor salia tal como dios la trajo al mundo desenrrollándose desde dentro de una alfombra ,
y presentándose de tal guisa frente a un pletórico y dispuesto Marco Antonio ;
mis padres me mandaron a casa en el entreacto.


Por supuesto que no voy ahora a extenderme aquí sobre el poder que desde entonces ejerció tal hecho en mis futuras fantasías sobre el Antiguo Egipto
y las alfombras en general.