lunes, 23 de noviembre de 2009

ELOGIO DE LA PERSEVERANCIA


    Desconozco su nombre, y sus características botánicas. Nunca hemos sido presentados.
Sólo sé que paso a menudo por su lado. Le conocí hace tiempo, joven, altivo y lustroso, junto a una docena más de su especie plantados a lo largo de la acera. Luego recuerdo haberlo visto ligeramente desmejorado el año pasado. Y finalmente tras una drástica poda que lo dejó seccionado a menos de una cuarta parte y convertido en un tocón practicamente inútil. Supongo que hacer cosas como la fotosíntesis en plena calle Balmes debe ser muy, muy difícil. Amén de soportar el fogonazo del tubo de escape de la moto de turno que aparca a tu lado, que te echen colillas a tus pies, que venga un perro con una urgencia, o dos.
La otra tarde volví a pasar por su lado.
La foto no le hace justicia, pero fijaros como el muy cabezota ha empezado a brotar de nuevo.
En catequesis recuerdo que tuve que aprender de corrido las virtudes teologales y cardinales: Fe , Esperanza, Caridad, Prudencia, Justicia, Fortaleza, Templanza y anadiría...Perseverancia.

jueves, 19 de noviembre de 2009

¿PERO QUIEN AMA AL POBRE MES DE NOVIEMBRE?


"Tienes que vivir esféricamente, en muchas direcciones; nunca pierdas tu entusiasmo infantil, y... todo saldrá como deseas."

"Pase lo que pase nunca pierdas tu inocencia."


    A veces pienso que debo descender de alguna especie de plantigrado chiquitito y venido a menos, o de algún marsupial encaramado trabajosamente en los árboles frondosos de algún bosque antediluviano y que basó su vida durante eras en desplazarse por las ramas achinando ojos y hocico en busca permanente de los rayos del sol. Vivía recolectando los frutos que en otoño descendía y carreteaba hasta alguna oculta madriguera. En invierno dormía con patucos y gorro de lana y sólo se despertaba si alguna pesadilla recurrente le sobresaltaba con el temor de que la plenitud de aquellas tardes de verano que añoraba no volvería nunca más...
    Pero un día cualquiera, sin calendario ni parte meteorológico, que no se habían inventado todavía , un olor inconfundible, un olor que era capaz de reconocer entre mil olores se filtraba hasta aquella madriguera y acariciaba su hocico.
   Era el olor de los primeros rayos de sol que regresaban a la tierra en una nueva y brillante primavera. Y a cada zarpazo que daba, apartando sorprendido y apresurado montoncitos de tierra, apartaba también el recuerdo de noviembre, y apartaba-entonces creía el muy iluso que para siempre- todos los inviernos de su vida.
   Noviembre esta lleno de días de lluvia y lunes. De tardes prematuramente oscurecidas que te obligan a apresurar el paso de retorno a casa. Pero Noviembre también está lleno de tardes de domingo en calcetines de lana, sofá, panettone y mandarinas, de intentar descifrar las instrucciones en alemán de la panificadora, de ver viejas películas, de reposiciones en la tele, de libros releídos mil veces, de dibujos en tinta china con las antiguas plumillas reencontradas ...de flequillos mal recortados.
   Y sobre todo Noviembre está lleno de largas noches en las que hacer recuento de todos los sueños futuros, atesorados trabajosamente como hacía ese pequeño marsupial con los frutos del estío. Y de cobijarte en ellos en espera de mejores tiempos. Que siempre vuelven. Como la primavera. 

"Cuentan que construyeron la vía férrea de los Alpes entre Viena y Venecia antes de que existiera un tren que pudiera realizar el trayecto, aun así lo construyeron, porque sabían que algún día llegaría el tren".


"Si hubiera tomado otro desvío, ahora estaría en otra parte, sería una persona distinta.

"¿Qué son cuatro paredes?... Son lo que contienen, la casa protege a los soñadores.
Pueden suceder cosas realmente buenas dentro de élla , incluso después de mucho tiempo,
y es una gran sorpresa..."