En el recorrido de ida y de retorno de casa al trabajo y del trabajo a casa transito por calles con tiendas, quioscos, cines, entradas y salidas de metros, paradas de autobuses, dispesadores de prensa gratuita y paneles publicitarios mil y yo tengo la mala costumbre de ir leyendo mecánicamente y sin darme cuenta todo lo que en soporte escrito me salta a la vista.
Hay cosas que retengo, porque me gustan, o porque me sugieren emociones y sentimientos agradables. O porque me hacen recordar. ¿Sabíais que etimológicamente la palabra "recordar" proviene del latín "recordari", compuesto por "re" de nuevo y "cordis" de corazón .
Es decir "volver a pasar por el corazón" .
¿Qué bonito verdad?, pues lo leí hace tiempo en un catálogo de unos grandes almacenes que me dieron por la calle.
Otra máxima con la que me crucé un día y que me gusta releer está atribuída a Oscar Wilde y luce cuidadosamente pintada en la pared de una tienda de edredones, sábanas y ropa para la casa :
"Los placeres sencillos son el último reducto de la gente compleja" .
Hasta que no llegaba al despacho y me daba de bruces con la realidad, incluso jugueteaba
con la idea de pertenecer a ese mundo exquisito en el que deben de vivir las personas complejas.
"Complejas", no"complicadas", so tontaina...
Me recuerdo andando y dándole vueltas a la frase que coronaba un enorme anuncio de uno de esos coches que llamaban voladores :
"Si volvieras a nacer¿Cómo te gustaría ser?".
Es la pregunta trampa por excelencia, después de :
"Qué es lo primero que harías si te tocara la Primitiva?"
Supongo también, que el hecho de que retenga o de que mi vista salte de un slogan a otro depende del momento interior .
El subconsciente acaba eligiendo lo que quiere leer.
Me alegraba siempre, delante de los anuncios de una marca de whisky que luce como divisa frases como :
“El sufrimiento no es la base del éxito” .
Y quién no se sentiría desarmada ante la mirada de Jeremy Irons, con barba de tres días y asegurándote, de buena mañana desde lo alto de una tapia, que
"Nunca he hecho lo que debía, siempre he hecho lo que creía".
Y no hace mucho me pasé un montón de días canturreando:
"Para la que no espera a que la llamen" y
"Porque la vida es como te la tomas !" ,
Pero acabé quitandome el estribillo de la cabeza pues la publicidad subliminal es potentísima y a media mañana acababa en la máquina expendedora del pasillo desesperada por una cola ligth y muerta de sed como si me estuviera arrastrando en medio del desierto de Sonora .
Aunque ultimamente quiero pasar página de lo de los slogans.
Ya me tienen harta.
Llevan ya un par de semanas saltándome a los ojos un par de anuncios que me preocupan,
nada más doblar la esquina de Gala Placidia hay ahora un gran cartel anunciando el estreno de una película cuyo argumento gira en torno a las peripecias de una pareja que se encuentra en Las Vegas y amanecen casados después de una noche de juerga.
Genial , y originalísima idea , por otra parte , de las que lamentas que no se te hayan ocurrido a ti antes.
Lo malo no es la película , lo malo es el slogan:
"En la guerra de sexos , jugar sucio es la primera regla" .
La primera en la frente.
Y no tengo bastante con la frasecita que a continuación , me las veo y me las deseo para sortear una enorme valla , anunciando un culebrón que debe hacer tiempo que emiten por televisión.
Desde allí unas letras de proporciones bíblicas , me señalan con el dedo mientras sentencian:
"Las tontas
no van al cielo...!!."
Y a veces pienso , que llegará el día en que como "Kit Tarao" habré disputado 2870 combates contra "El Moreno"... y los habré perdido todos por K.O.